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Félix Moto muestra la elevada factura de electricidad que recibió hace dos días. / JOSELE-LANZA
Una factura por las nubes
Málaga

Una factura por las nubes

Un matrimonio de jubilados aún no se ha repuesto del susto. Han recibido un recibo de la luz por 169.347,76 euros, un error que Sevillana Endesa aún no ha subsanado

M. J. CRUZADO

Viernes, 20 de febrero 2009, 12:32

Cuando Rita Rodríguez cogió del buzón hace dos días la factura de la luz del mes de enero se quedó un buen rato pensando en la cifra. Transcurridos unos minutos decidió que lo mejor era pasarla a pesetas para ver si así comprendía lo que a todas luces es un error de la compañía Sevilla Endesa. 169.347,76 euros. Algo más de 28 millones de pesetas. Junto a ella, una segunda factura por el mismo periodo de tiempo, del 18 de diciembre al 23 de enero por valor de 118 euros. Se tuvo que sentar. Un sudor frío le recorrió todo el cuerpo y empezaron las taquicardias. «Aquella tarde la pasé muy mal, padezco del corazón» dice mientras mira a su marido Félix, ya jubilado.

El matrimonio, que vive solo en una casa de la urbanización La Serranía de Marbella, repasó mentalmente las últimas facturas de la luz. Ciertamente, el mes anterior le había llegado una doble factura de 102 y 19 euros ya pagadas y que ellos reclamaron a Sevillana sin que aún hayan tenido contestación. Pero antes de eso, la luz era de unos 40 euros mensuales. «Y ya es bastante -sostiene Rita- la hornilla, el calentador, ... todo funciona a gas y somos muy cuidadosos con la luz de la casa».

Félix sonríe. Él no se dio cuenta hasta que acudió a la oficina que la compañía eléctrica tiene en la carretera de Ojén. «Fui a reclamar ciento y pico euros y la chica me dice, !pero si aquí tiene más de 25 millones de pesetas!. Puse otra reclamación pero no firmé nada, como ahora va todo por ordenador...».

Precisamente el ordenador fue la excusa que Sevilla le dio cuando llamó por teléfono para aclarar la factura. «Una chica me dijo que era culpa de la informática, que no me preocupara, que la llamara al día siguiente. Pero el ordenador lo maneja alguien ¿no?. Al día siguiente me saltó una musiquita sin poder hablar con alguien».

Para evitar un desaguisado mayor Félix Moto acudió al banco donde tiene las facturas domiciliadas y pidió que no la pagaran. «De todas formas no hay dinero para eso.». La sonrisa de los empleados de la sucursal fue generalizada. «Llevamos aguantando las risas de todo el mundo desde hace dos días ¡qué remedio!».

A ellos no les hace tanta gracia. De momento han tenido que asesorarse jurídicamente y llevan dos días preocupados por una situación que les sobrepasa. Andan angustiados por si al rechazar el recibo les cortan la luz y por si el mes que viene se encontrarán con otra sorpresa.

No es la primera vez que les pasa algo así. Hace años, el plástico del contador se había estropeado así que la lectura fue errónea. «Entonces nos devolvieron enseguida el dinero y sin problemas. Decidimos cambiar el lector por un cristal diáfano para que no hubiera más problemas. ¿Y de qué ha servido?», apunta Félix. Lo sorprendente no es sólo la cuantía de la factura, sino el consumo total en kilovatios hora. Según su contador, en 15 años han consumido algo más de 30.600. En esa única factura de un solo mes el total es de 999.949 kwh, más o menos el gasto de 200 españoles en pleno invierno.

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