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AMANDA SALAZAR
Viernes, 20 de febrero 2009, 03:11
A veces, cuando uno menos se lo espera, un mensaje lanzado al aire puede obtener respuesta. Los deseos de paz que Tania Muñoz depositó en un globo y confió al viento han llegado más allá de los Pirineos. Dos semanas más tarde, la persona que lo encontró en un pequeño pueblo al sur de Francia ha escrito una carta para narrar a esta niña, que estudia quinto de Primaria en el colegio Ángel Ganivet de la capital, el final del viaje del globo trotamundos.
Ni las montañas, ni los cables de la luz, ni la lluvia han podido detener el vuelo de esta esfera llena de helio que ha cruzado 1.234 kilómetros de distancia en un camino cuyos derroteros sólo conoce la brisa. El recorrido terminó en la rama de un pino en el jardín de Suzanne Rogalle, que vive en Seix, localidad gala del departamento de Ariège.
De 300 globos con mensajes de paz que los alumnos del colegio público enviaron el pasado 30 de enero dentro de las actividades del Día de la Paz, sólo uno ha obtenido contestación. Pero esta única carta, que llegó el 13 de febrero, vale por muchas teniendo en cuenta la larga distancia recorrida.
En el centro, profesores y alumnos no salen de su asombro. «Estamos alucinados porque no sabemos cómo ha podido llegar tan lejos», indica Miguel Ángel Márquez. Celia Luque, coordinadora del programa Escuela de Paz asegura que nunca imaginó que la respuesta llegaría tan lejos cuando propuso la iniciativa. «Como mucho, esperábamos que escribiesen desde algún pueblo cercano», añade.
Un camino imposible
Los maestros han lanzado sus cábalas sobre cómo ha podido llegar sano y salvo a Francia. «Unos piensan que ha sido el mismo viento del tornado que hubo ese fin de semana el que lanzó el globo a tanta distancia, otros que cruzó España por el interior y hay quien opina que fue bordeando la costa», asegura Luque. Lo más inaudito es que haya podido cruzar las altas cumbres de los Pirineos sin pincharse en el intento. Otros incluso ya han puesto rostro a la persona que recibió el globo. «Pensamos por la letra y la forma de expresarse que podría ser una señora mayor que habrá tenido que acudir a alguien para que le traduzca el mensaje y esperamos que le haya hecho ilusión recibir una nota desde el sur de España», continúa.
También extraña a todos la prontitud de la respuesta. «Ha debido de viajar una semana y en otra ha contestado la señora desde Francia; esto es más rápido que el correo ordinario», bromea Márquez.
Tania Muñoz ha recibido esta semana el mejor regalo de cumpleaños que podía recibir. La pequeña cumplió ayer once años y dice estar muy contenta de que le hayan contestado. «Estés donde estés, que haya paz», fue el mensaje que la niña escribió en una nota donde, en el reverso, se especificaba la dirección del centro escolar para que quien la encontrase pudiera responder.
«En el colegio, los otros niños nos preguntan todos los días si ya ha llegado su contestación, porque Tania se ha convertido en la protagonista del recreo», indica Luque, quien indica que esta actividad pretende fomentar la convivencia entre los niños y el respeto hacia los demás.
El centro piensa escribir a Suzanne en breve para agradecerle su respuesta y enviarle fotografías del día que se soltaron los globos y de la clase de Tania. Una forma más de demostrar que la palabra puede mover el mundo.
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