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El delegado de Educación asistió a una lectura en el que fue su colegio. / ANTONIO SALAS
Lee, come y calla
MÁLAGA

Lee, come y calla

Los alumnos del instituto Torre del Prado de Campanillas se llevan el bocadillo del recreo a la biblioteca. Allí, en vez de salir al patio, se sumergen en libros que ellos mismos eligen. Se hacen llamar el Club de los Lectores Vivos

PILAR R. QUIRÓS

Jueves, 22 de enero 2009, 03:13

Ring. Suena la campana del recreo. Es miércoles. Y en vez de salir al patio a descansar, más de una treintena de alumnos del instituto Torre del Prado de Campanillas se dirigen a la biblioteca. Encienden unas velas y alrededor de una gran mesa, el Club de los Lectores Vivos, como se hacen llamar (haciendo clara alusión al exitoso filme protagonizado por Robin Williams), inician las lecturas que ellos mismos eligen para la ocasión mientras sacan sus bocadillos del papel de orillo. Enfrente un cartel grande dice, para asombro de los visitantes, «lee, come y calla». Así que la primera pregunta es: ¿Se puede comer en una biblioteca? En esta sí porque no es un santuario sino un lugar donde se encuentran para leer lo último de Harry Potter, o ahora 'El crepúsculo', entre los más elegidos.

En esta jornada tienen un invitado de honor, el que fuera su director y que ahora es delegado de Educación, Antonio Escámez, que se suma a una lectura dedicada al poeta antequerano José Antonio Muñoz Rojas, que cumplirá este año un siglo. «Perdió la cabeza. Dónde, cuándo, cómo? Ha puesto un anuncio? 'Cabeza perdida, no sabe dónde. Por una tontería se pierde la cabeza. Estará en cualquier parte donde el amor habite, entre tantas cabezas perdidas», recita un joven lector mientras su compañero de silla hinca los dientes en una palmera.

Su amor por la lectura les ha llevado a que el Ministerio de Educación les premie junto al instituto Mare Nostrum y el colegio Moreno Villa, de Málaga, así como a El Tejar, de Fuengirola, por sus buenas prácticas para la dinamización e innovación de las bibliotecas escolares. Y todos utilizan sus páginas web para escribir fichas sobre lo que leen, consultar listas de libros adecuados a su edad, así como otras actividades en las que la Red es la protagonista, pero donde el papel permanece. El de los libros donde se sumergen, el de sus lecturas.

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