La selección vence a Argentina y deja buenas sensaciones (37-18)

Si el empate del pasado martes frente a Noruega había dejado un regusto amargo entre los aficionados al balonmano y creado algunas dudas sobre la selección de Valero Rivera, se disiparon ayer después de ver la auténtica exhibición que dio 'la roja' en el partido inaugural del VIII Memorial Domingo Bárcenas frente a la selección Argentina.

Los agoreros, que gustan buscar el lado oscuro de la vida , pueden aducir que el conjunto que comanda Eduardo Gallardo no es precisamente un rival de entidad suficiente para complicarle la vida a una selección que se postula para ser campeona del mundo.

No obstante, el partido de anoche hay que mirarlo desde otra perspectiva; desde la del entrenamiento, planificación y planificación que se está llevando a cabo para conseguir precisamente esos objetivos y a la vista de los resultados parece que está avanzando.

España, ante Argentina, volvió a ser la auténtica, esa que tantas alegrías ha dado a sus incondicionales y aunque todavía tenga que pulir muchas aristas, muchos matices, se ve que hay mimbres suficientes para hacer un excelente cesto,

Está claro que el partido ha sido un auténtico monologo español, pero para que esto ocurriera, la nueva camada del Rivera ha tenido que ponerse el traje de faena y jugar con la misma intensidad de que si se tratara de la final en Croacia.

Hay que reconoce que España estuvo endiabladamente bien desde el primer al último minuto y desde el primer al último hombre que saltó a la cancha del 'Ciudad de Algeciras' cuyas gradas, por cierto no presentaban el aspecto que cabía esperar.

Desde David Barrufet y José Manuel Sierra (sencillamente espléndido cada uno en el periodo que les tocó jugar) hasta el último hombres que saltó ayer a la cancha, incluido Iker Romero que no lo había hecho el martes frente a los escandinavos, rayaron a una altura importante consiguiendo disipar cualquier tipo de duda que pudo dejar en el ambiente la anterior actuación.

Superioridad

Desde el primer instante se pudo apreciar que España era mucho mejor que Argentina, que de entrada encajó un 5-0 de parcial.

Al contrario que ocurriera frente a Noruega, Valero Rivera adoptó un 5-1 que se le atragantó al rival hasta el punto de no encontrar el marco contraria casi hasta los diez minutos de partidos y gracias a la actuación de Eric Gull que fue sin duda, el único que mantuvo a su combinado en el partido durante la primera parte ya que en la segunda no salió y eso se notó.

Con una notable intensidad defensiva y saliendo muy bien al contragolpe, los españoles fueron acumulando una ventaja que los llevó al descanso ganando por 11 (19-8).

Sólo un equipo

Tras la reanudación tan sólo existió el combinado español.

Su rival con su máximo artillero sentado en el banquillo todo el rato se mostró romo en ataque e impreciso en la mayoría de los pases. lo que beneficio al combinado nacional que manteniendo la misma intensidad en defensa, lo que propició muchos robos de balón, y desdoblándose rápidamente en ataque consiguieron irse definitivamente en el marcado consiguiendo incluso un abultado parcial de 10-1 (de 16-9, se pasó a 26-9) que cerró definitivamente el choque.

Se podía pensar que ante esto, España se relajaría y dejaría pasar los últimos instantes del partido en un placentero discurrir de sus hombres por la pista.

Nada más lejos de la realidad ya que se mantuvo la misma intensidad, con un Víctor Tomás impresionante por banda derecha y un Carlos Ruesga que fue el máximo anotador del partido y que rompió como y cuando quiso la ya débil defensa argentina.

Al final con tres goles consecutivos de Albert Roca se rubricaba una auténtica 'goleada' a un equipo que por lo que mostró ayer en el pabellón de la calle Susana Marcos no va a ser de los más importantes que estén desde el próximo día 17 de enero en Croacia jugando el Mundial.