Nacer antes de tiempo

El mundo sería un lugar un poco más justo si terminásemos la vida en el mismo lugar donde la empezamos, el útero. No en vano, es en este saco materno donde el feto se desarrolla físicamente, además del lugar del mundo en el que estará más protegido en toda su vida. El fluido acuoso que rodea a los fetos (líquido amniótico) contiene proteínas, carbohidratos, lípidos y electrolitos para ayudarnos a encontrar la vida.

Los bebés prematuros nacen antes de haber tenido tiempo de desarrollarse, con lo que, una vez en el exterior, tienen que hacer frente al riesgo de muerte, de enfermedades crónicas o de parálisis cerebral. Están menos preparados para luchar por su supervivencia; han tenido menos tiempo para aprender a hacerlo.

A nivel médico, un bebé prematuro es aquel que nace antes de las 37 semanas de gestación (la mayoría de los embarazos suelen durar 40). Y cuando nacen suelen pasar rápidamente a una incubadora para quedar protegidos de la exposición a los gérmenes.

Un grupo de científicos de la Universidad de Almería y del Hospital Torrecárdenas desarrolla una investigación sobre el rendimiento cognitivo y las tareas perceptivas y ejecutivas de los prematuros. Este estudio se realiza sobre niños nacidos antes de las 32 semanas de gestación o que pesan menos de 1.500 gramos al nacer. Y es que muchos de los bebés que tras el parto pesan menos de mil gramos suelen padecer el mismo déficit cognitivo que los prematuros.

Este equipo aglutina a expertos en psicología, fisioterapia y neuropediatría para evaluar las deficiencias cognitivas y cerebrales que afrontan los neonatos. El grupo de especialistas utiliza las más novedosas técnicas de resonancia magnética nuclear, para estudiar qué regiones del cerebro hay que estimular, en cada caso individual, con el fin de conseguir un progreso cognitivo normal.

Cómo medir el déficit

Los investigadores realizan un estudio sobre 35 niños nacidos con estas características (prematuros o de menos de 1.500 gramos de peso) y otros 35 nacidos sanos, todos entre el 2000 y 2001. El objetivo es comparar las capacidades cognitivas entre unos y otros para visualizar mejor el déficit cerebral que provoca nacer antes de tiempo. La idea es realizar este seguimiento hasta que los niños alcancen una edad cercana a los 16 años, cuando se supone que ya contarán con un desarrollo cognitivo completo, para analizar la evolución, y descubrir que técnicas de estímulo y métodos consiguen que al llegar a los 16, ambos grupos de niños hayan tenido un desarrollo semejante.

La principal responsable de este proyecto, María Dolores Roldán, doctora del departamento de Neurociencia y Ciencias de la Salud de la Universidad de Almería, explica que «la neuropsicología infantil es determinante, ya que es en los primeros años de vida de un cerebro cuando hay que actuar para poder corregir estos déficits».

Las conclusiones de este equipo de científicos apuntan a que si se estimula el sistema nervioso central de los prematuros, que es la cuna en la que suelen recogerse sus mayores deficiencias, éstos pueden llegar a alcanzar un desarrollo cognitivo semejante al de los no prematuros. Hace tan sólo unos años que los bebés nacidos antes de tiempo tenían una esperanza de vida casi nula. La investigación científica cada vez consigue acercarse más a los problemas y deficiencias que los acechan, y en base a ellos encuentra soluciones para garantizar la vida.