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ANTONIO M. ROMERO
Lunes, 5 de enero 2009, 02:26
La situación económica no es buena y de ello son conscientes los empresarios malagueños. El vicepresidente ejecutivo de la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM), Javier González de Lara, hace un análisis realista de la coyuntura, lanza un mensaje de optimismo y hace autocrítica.
Acabamos de cerrar 2008, ¿qué balance hacen los empresarios?
Ha sido un año malo para la empresa y para el empleo. Los últimos indicadores económicos nos han confirmado que nos encontramos en una situación económica preocupante, en una crisis que ha supuesto el endeudamiento de los hogares y de las pequeñas y medianas empresas.
¿Por qué ha sido un mal año para las empresas de la provincia?
Por muchas circunstancias: el endurecimiento de las condiciones financieras para las pymes; la pérdida del dinamismo del consumo; la disminución de creación de empleo... Hacía poco tiempo que se dudaba de la intensidad de la crisis y hoy día las consecuencias son muy evidentes. Y se nota acusadamente en una provincia tan dinámica como Málaga que en los últimos quince años ha sido el motor económico y social de Andalucía y donde se han producido los indicadores más destacados en creación de empresas, de empleo neto, de consumo de cemento, de matriculación de vehículos, de licitación de obra pública o de visado de viviendas.
Todas las previsiones apuntan a que 2009 será otro año malo, ¿cómo lo afrontan?
Va a ser un año difícil y complicado. Aún no sabemos si se van a cumplir las previsiones negativas y en ese punto nosotros queremos ser prudentes. ¿Qué se puede hacer ante una situación de crisis? Los tiempos de crisis son épocas para aprender y para hacer reformas contundentes. Es el tiempo de hacer reformas económicas, administrativas, fiscales y laborales. Los empresarios deben mejorar su propia gestión y adaptarse a las nuevas realidades. Se deben ejecutar sin demasiado retraso porque el peligro de una crisis es instalarse en ella. Es el momento de asumir una serie de reformas estructurales básicas.
¿Por dónde deben pasar esas reformas?
La economía española, y la malagueña no es ajena a ello, tiene un problema de competitividad y de baja productividad. Tenemos que mejorar en tecnología, en investigación, en innovación, en formación o en organización y nos sobran muchas cosas como las trabas administrativas y burocráticas o la existencia de mercados con dificultades y fragmentados. La pequeña y mediana empresa debe seguir invirtiendo en bienes de equipo, y desde otros ámbitos se debe incrementar la inversión pública en infraestructuras, se tiene que hacer un mayor esfuerzo en formación reglada y continua, y fomentar el espíritu empresarial. Hay que aprovechar esta crisis para asumir reformas que nos permitan formar mejor a nuestros jóvenes y prepararlos mejor para el mercado de trabajo del futuro.
¿Qué deben hacer las administraciones?
En primer lugar hay que articular un proceso global de simplificación de los trámites administrativos ya que en España se requiere una media de diez procedimientos administrativos para constituir una empresa para lo que se necesitan 47 días. Hace falta crear un marco social y económico estable que nos haga más competitivo pidiendo a las administraciones que exista una adecuada coordinación entre el Gobierno central, la Comunidad Autónoma y los ayuntamientos superando confrontaciones que han perjudicado tantísimos proyectos e inversiones en nuestra provincia. Las administraciones han de ser conscientes del momento que estamos viviendo, tienen que modernizarse y adaptarse a la nueva situación porque creo que están mirando al techo sin saber qué realizar. Junto a ello hacen falta políticas orientadas a reducir las cargas sociales de las empresas, que son muy elevadas, políticas fiscales que fomenten el ahorro y la inversión y hay que ayudar a los empresarios.
¿Qué es lo que más les preocupa?
Hoy el drama para un pequeño y mediano empresario es conseguir un crédito. Hay un problema muy grave para obtener financiación y se hace necesario que se adopten medidas excepcionales en materia de política financiera. Se han tomado algunas medidas que son escasas y llegan tarde. Se puede tener buena voluntad política, pero son ayudas que han quedado en el mercado financiero y a las pymes no ha llegado el dinero. Si resolvemos esta situación, la crisis será más breve y tendrá menor intensidad.
Relación con los sindicatos
Los sindicatos han denunciado que bajo el paraguas de la crisis, las empresas están aprovechando para despedir a trabajadores.
Eso es coyuntural y dependerá de cada caso. La realidad es que los expedientes de regulación de empleo no se han incrementado en los últimos meses en la medida en que se esperaba. Lo que sí hay es una atonía absoluta en el empresariado a la hora de firmar nuevos contratos. Es incorrecto que el empresario esté aprovechando la crisis para echar a trabajadores, que son el mayor activo de una empresa. El empresario lo que quiere es que los puestos de trabajo se mantengan, lo que ocurre es que si el consumo se paraliza y la entidad financiera no le renueva su crédito difícilmente puede mantener los puestos de trabajo.
¿Considera efectivas las medidas puestas en marcha por el Gobierno central y la Junta de Andalucía para fomentar el empleo haciendo obra pública en los municipios?
Son positivas porque van a dinamizar todo el tejido productivo de su entorno. Es una iniciativa muy buena, pero hay que estar vigilante y que el dinero sea finalista y vaya a las obras y no a la caja única para la gestión del gasto corriente de los ayuntamientos
¿Cómo son las relaciones actuales con los representantes sindicales?
Son fluidas, estables, respetuosas y de mutua colaboración dentro de los diferentes posicionamientos que ambos mantenemos. Estamos acostumbrados a dialogar, pero qué duda cabe que 2009 va a ser un año difícil y donde tendremos que instrumentalizar muchos mecanismos de diálogo y de consenso a medida que los problemas vayan surgiendo.
¿Temen los empresarios que si la situación continúa empeorando haya un recrudecimiento de la conflictividad social o incluso, como se ha barajado, se convoque una huelga general?
Málaga es una provincia con una escasa conflictividad social. ¿Qué puede haber huelgas sectoriales? Es posible. ¿Qué vaya a haber una huelga general? Estas huelgas generales nunca van contra el empresario sino que tienen más un carácter político. Si hay que afrontar una situación de conflicto intentaremos buscar un acuerdo y si no es posible habrá que resistir el conflicto.
En la actual situación de crisis, ¿han notado un mayor cierre de empresas o una menor creación de nuevas iniciativas?
Hay empresas que están soportando la crisis con enorme dificultad. Ser empresario siempre ha sido difícil y complicado y en una situación de crisis es casi heroico. Estamos preocupados. Según los datos al mes de octubre, en el Régimen General había un descenso de un 5% de empresas respecto al año anterior. Una cifra importante, porque cada año el crecimiento era de un 5%.
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