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EFE
Miércoles, 3 de diciembre 2008, 03:52
Un paciente con parálisis facial ha recuperado la movilidad de la cara y ha vuelto a sonreír gracias a la implantación de un injerto de un músculo de la pierna. Para ello, han sido necesarias dos intervenciones realizadas por un equipo de cirujanos plásticos de la Clínica Universitaria de Navarra.
A Isidoro Bejarano, de 37 años, le diagnosticaron un cavernoma, un tipo de tumor vascular situado en el tronco del encéfalo, y la enfermedad le afectó al sistema nervioso, especialmente al equilibrio. Tras ser operado, sufrió una parálisis facial de ambos lados de la cara por una lesión en el nacimiento del nervio «que enerva la musculatura encargada de dar movimiento al rostro», según el hospital. «La única opción que teníamos era la de colocar un músculo nuevo en el rostro y aportarle otro nervio que se encargara de dar movimiento a ese músculo», explicó el director del departamento de Cirugía Plástica, Bernardo Hontanilla.
La cirugía de la cara consistió entonces en implantar un injerto que hiciera las veces del músculo que permite sonreír, concretamente el cigomático mayor, y «se trataba de colocarlo en el mismo ángulo de la sonrisa que tenía el paciente previamente». Así, relató el médico, cuando el paciente sonríe es como si hiciera un pequeño movimiento de mandíbula. Posteriormente, gracias a su plasticidad, el cerebro asimilará la nueva función del músculo injertado.
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