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MONTSE MARTÍN
Viernes, 7 de noviembre 2008, 09:12
Cinco años después de su entrada en vigor, la ley de juicios rápidos hace aguas en los juzgados de lo Penal de Málaga. El problema se encuentra en el colapso que sufren estos órganos judiciales por la sobrecarga de trabajo que acumulan y que está impidiendo celebrar estas vistas orales específicas para los delitos penados con menos de cinco años de cárcel con la celeridad que se fijó en la reforma legal en abril de 2003. En la práctica, los llamados juicios rápidos no lo son tanto. Los quince días de rigor para celebrar las vistas orales se han convertido ya en tres meses. De hecho, la mayoría de los juzgados de lo Penal tienen señalados ya para febrero los juicios correspondientes a los procesos judiciales por delitos registrados en estos primeros días del mes de noviembre. Algunos jueces señalan que se da incluso la paradoja de que un juicio con un acusado preso (procesos que siempre tienen preferencia) puede llegar a celebrarse más tarde por el procedimiento rápido que uno que procede del trámite ordinario (no rápido). «La reforma ha fracasado. Aquí o se pone dinero para crear más juzgados y ampliar las plantillas o esto no tira», afirma un juez de lo Penal, que se queja de que «somos los eternos olvidados» de la Justicia. En su opinión, hacen falta al menos cinco juzgados más en la capital o, en su caso, que se creen estos mismos en otros partidos judiciales como Marbella para desatascar los asuntos que ahora llegan hasta Málaga. Este magistrado se refiere también a las ejecuciones de sentencias, que se han visto incrementadas en los últimos meses por lo nuevos delitos contra la seguridad vial. Su juzgado acumula unas 1.500. «Pese al refuerzo que nos han colocado, no tenemos suficiente personal para tramitarlas y todos nos encontramos bajo el síndrome del 'caso Mari Luz'». «No damos abasto» «Cada día de señalamientos celebramos de 12 a 14 juicios rápidos; no damos abasto para más», explica otro magistrado de lo Penal, quien subraya la sobrecarga de trabajo que les está suponiendo los delitos de tráfico: «Es increíble ¿Cómo es posible que haya tanta gente circulando sin carné? Y no digamos la que conduce bebida...» También se queja del problema de las ejecuciones de sentencias. Su juzgado acumula unas 1.700 pendientes. «No hay personal suficiente. Hemos tenido que reducir el horario de atención al público para poder dedicar más tiempo a la tramitación. Aquí se trabaja mucho y no se paga más por ello. Por eso hay mucha interinidad y el personal 'huye' a otros destinos», afirma. Los letrados coinciden en el análisis de la situación. De hecho, el Colegio de Abogados de Málaga viene pidiendo desde hace tiempo la creación de más juzgados penales en la capital y de otros nuevos en los partidos judiciales con mayor índice de litigiosidad como Marbella. Además de los atrasos que están sufriendo los juicios rápidos, el letrado José Isidro Molina pone también el acento en otro problema. «Se suspenden muchas vistas rápidas porque el propio procedimiento impide tener a tiempo las pruebas necesarias para su enjuiciamiento. Además, habría que crear un sistema de comunicaciones y notificaciones más ágil para citar a testigos y peritos y evitar así las incomparecencias en los juicios». La junta de jueces de Málaga ha reclamado en varias ocasiones a lo largo de este año soluciones estructurales para los juzgados de lo penal que pasan por un aumento de estos órganos judiciales y sus plantillas. Los magistrados han llegado a calificar de «caótica» e «insostenible» la situación por la que atraviesan debido a la carga de trabajo que soportan sus juzgados, que se ha duplicado en dos años.
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