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Vélez-málaga

La Junta protege como Bien de Interés Cultural los yacimientos de la desembocadura del río Vélez

Quedan bajo protección, entre otras zonas, dos áreas de 63.662 metros cuadrados integradas por los asentamientos fenicios de Toscanos, Cerro del Peñón y Cerro Alarcón, así como los púnicos y romanos de Cerro del Mar y la necrópolis de Jardín

EUROPA PRESS

Martes, 28 de octubre 2008, 18:13

El Consejo de Gobierno acordó hoy inscribir en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz, con la tipología de Zona Arqueológica, los yacimientos de la desembocadura del río Vélez.

Con esta medida se protegen dos áreas de 63.662 metros cuadrados de extensión integradas por los asentamientos fenicios de Toscanos, Cerro del Peñón y Cerro Alarcón; los púnicos y romanos de Cerro del Mar, y la necrópolis de Jardín. También se establecen tres zonas de protección en torno a los yacimientos, con un total de 281.317 metros cuadrados.

El núcleo primigenio de este hábitat arranca en el siglo VIII a.C. y corresponde al yacimiento de Toscanos, que posteriormente se extendió por los cerros del Peñón y Alarcón hasta unirse en un mismo recinto fortificado fenicio. La continuidad poblacional en época púnica y romana se localiza fundamentalmente al otro lado del río, en el Cerro del Mar.

El yacimiento de Toscanos se sitúa en una pequeña elevación en la margen occidental. Se trata de un poblado fenicio, con una cronología que se extiende desde la segunda mitad del siglo VIII a.C. hasta mediados del siglo VI y con una posterior ocupación en época romana altoimperial hasta el siglo III d.C.

Asimismo, destaca por su singularidad un edificio identificado posiblemente como almacén, integrado por tres naves rectangulares y donde se han encontrado un gran número de ánforas. También se ha detectado una zona industrial destinada a la metalurgia del cobre y del hierro, así como un embarcadero para cuya construcción se rebajó la roca natural.

El enclave denominado Cerro del Peñón, en una elevación del terreno en la margen derecha del río Vélez, se caracteriza por su piedra arenisca, explotada desde antiguo como cantera. En su cima se halla un asentamiento de entre los siglos VII y VI a.C. que, tras ser abandonado, volvió a estar habitado en época medieval (siglos X y XI). Los investigadores consideran este yacimiento como una zona de expansión de Toscanos, con dos áreas bien diferenciadas en su primera época: una de hábitat y otra industrial. En esta última se ha localizado una serie de hornos de fundición de metales.

Por su parte, el Cerro Alarcón, también en la orilla derecha del río y al noroeste de Toscanos, presenta una cronología que va de primera mitad del siglo VII a comienzos del siglo VI a.C. Su elemento más significativo es la muralla que recorre todo el cerro, realizada mediante mampostería y adobe en un primer momento y con pizarra después.

Respecto al Cerro del Mar, ubicado en la orilla oriental de la desembocadura, algunas teorías identifican este yacimiento como la antigua ciudad púnica y después romana de Maenoba, con una cronología que arranca en el siglo VI a.C. y una ocupación ininterrumpida hasta el II a.C., además de la posterior presencia romana. El yacimiento presenta además un sector de necrópolis de incineración (siglo VII a.C.) relacionada con Toscanos en la zona conocida como la Vega de Mena.

Por último, la necrópolis de Jardín (siglos VI-IV a.C.) es uno de los mayores cementerios fenicios occidentales. Aunque tradicionalmente se ha asociado a los últimos momentos del asentamiento de Toscanos, el grueso de sus tumbas corresponde a Cerro del Mar, con una tipología muy variada que va desde las simples fosas excavadas en la roca hasta cistas, sarcófagos monolíticos y estructuras más complejas.

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