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RETRATISTA. En 'La bailarina Carmen de Triana' se aprecia el estilo de la época. / CARLOS MORET
Viaje por el arte del XIX a través de Moreno Carbonero
PINTURA

Viaje por el arte del XIX a través de Moreno Carbonero

El MUPAM homenajea al artista malagueño en el 150 aniversario de su nacimiento con una exposición que reúne 15 pinturas, seis cuadernos y el estandarte del Sepulcro

PPLL

Viernes, 17 de octubre 2008, 13:40

NACIÓ en los Callejones del Perchel en 1858, 23 años antes que Pablo Ruiz Picasso. Ambos están considerados como los dos mejores y más universales artistas malagueños nacidos en el siglo XIX. Pero de estilos diferentes. José Moreno Carbonero (1858-1942) es uno de los pintores de historia más representativos de esa época tanto en España como en Europa, así como un retratista y un paisajista destacado que comenzó su carrera artística con sólo 14 años de edad y que fue discípulo de Ferrándiz. Este malagueño -el primero que alcanzó un puesto destacado a nivel nacional y europeo, gracias al éxito de sus obras en las exposiciones nacionales e internacionales y a su aceptación en Roma y en los círculos comerciales de París- recibe el homenaje de su tierra natal, a la que nunca dejó de venir a pesar de vivir en Madrid, donde era catedrático y también murió. El Museo del Patrimonio Municipal (MUPAM) rinde homenaje a su figura y a su trayectoria artística con la exposición 'José Moreno Carbonero. 1858-1942. Homenaje en el 150 aniversario de su nacimiento'. La muestra, cuya comisaria es la académica Teresa Sauret y cuenta con la colaboración de la Fundación Unicaja, reúne un total de 15 pinturas, más seis cuadernos de campo y otros documentos con los que se hace un recorrido por las diferentes facetas que abordó el artista. Entre ellos destaca el estandarte que Moreno Carbonero pintó para la Cofradía del Sepulcro en 1919. La mayoría de las obras expuestas pertenecen a la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo y actualmente están en depósito en el Museo de Málaga. Su presidente, Manuel del Campo, ha sido el promotor de la idea. También uno de los cuadros procede del Salón de los Espejos del Ayuntamiento de Málaga. Firma reconocida El que fuera «un niño prodigio» llegó a formar parte del elenco de pintores que ocuparon puestos de responsabilidad. En 1876 estableció su primera residencia en París, lo que le permitió convertirse en una firma reconocida así como retratista de la alta sociedad española y europea. También recibió encargos oficiales, como 'El Sermón de la montaña', con el que decoró una capilla en la iglesia de San Francisco el Grande de Madrid, o el lienzo para el Palacio del Senado 'Roger de Flor entrando en Constantinopla'. Esta muestra en el MUPAM permitirá contemplar a los visitantes el estilo del autor. Ejemplo de algunas obras son 'Retrato de su hijo Pepito', 'Conversión del duque de Gandía', 'El escrutinio' o 'Retrato de Carmen de Triana'.

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