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SUR
Jueves, 25 de septiembre 2008, 11:28
Objetivo cumplido. Las dos mil almas que ayer si dieron cita en el Fernando Argüelles suspiraron al unísono cuando el electrónico alcanzó el minuto treinta de la segunda parte. Razón no les faltaba. Habían sufrido de lo lindo para ver una victoria de su equipo, la primera del campeonato.
El comienzo fue un verdadero correcalles. La velocidad en las acciones, los goles y los errores en ambos equipos se iban intercalando, sin que nadie lograra dominar el envite. Del 6-4 de los primeros diez minutos se pasó a un preocupante 6-7, que rápidamente fue resuelto por los locales a base de una buena defensa y dos rápidas acciones de contragolpe.
Modificación
Desde ese momento el técnico antequerano modificó su sistema defensivo y colocó a su hombre más veloz, Alexis Rodríguez, como jugador más avanzado, ante la intermitencia de la portería local. Sin embargo, el juego ofensivo seguía mostrando demasiadas lagunas, principalmente en la primera línea, donde los fallos, algunos de ellos infantiles, abultaban la estadística de errores.
La experiencia de Pérez Canca y el acierto de Lubej desde seis metros, alivió por momentos el atasco en ataque y la renta se fue a los tres tantos (11-8), a poco para alcanzar el ecuador del encuentro. Tras la arenga del técnico antequerano en el vestuario, el dibujo cambió notablemente. Pérez sustituyó a Martínez y los porcentajes de acierto del primero crecieron para beneficio de los antequeranos.
Sin ideas
Las paradas de Xavi Pérez, la mejoría defensiva y el acierto en el contraataque permitieron lograr un colchón de goles (21-16) para afrontar el final del encuentro sin la presión de la primera jornada.
Pero llegó el fatídico minuto 21 y, tal y como ocurrió en el estreno liguero, al cuadro de Ortega se le fundieron los plomos y el equipo se quedó sin ideas. Jahns, en una noche aciaga, falló cuatro lanzamientos casi consecutivos y con ellos se dilapidó la renta. La desesperación y la sensación de estar perdonando al rival era más que palpable en el banquillo local. Los fantasmas reaparecieron, el público entendió entonces que también iba con ellos la historia y los gritos de apoyo espolearon de nuevo a los andaluces, que gracias al acierto de Lubej nuevamente y de Prodanovic, pudo celebrar, con muchísimos apuros, la primera victoria.
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