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N. RAMÍREZ DE CASTRO
Sábado, 30 de agosto 2008, 04:18
Esas moscas vulgares y golosas que evocaba Antonio Machado son también unos bichos muy listos. Bastaba con observarlas para admirarse de la habilidad con la que escapan del manotazo o el matamoscas amenazador. Pero un grupo de científicos estadounidenses ha optado por utilizar un sofisticado equipo, capaz de captar imágenes a gran velocidad, para ofrecer una explicación sesuda de su comportamiento.
El objetivo del experimento era estudiar su reacción en el momento en el que se les intenta dar caza. Filmaron cada reacción, cada flexión y movimiento del cuerpo, las patas y las alas. Todo en secuencias de milisegundos, la milésima fracción de un segundo.
Un trabajo metódico descubre que estos bichos poseen un sistema nervioso diseñado para procesar con rapidez información sensorial y dar una respuesta motora apropiada para escapar de situaciones difíciles. El estudio, publicado en 'Current Biology', muestra cómo en cien milisegundos el cerebro de las moscas percibe la amenaza, la localiza y establece un perfecto plan de huida.
En mucho menos de un segundo ha preparado sus patas en la posición óptima para salir volando. Antes de que el cazamoscas intente aplastarla, habrá volado y siempre en la dirección contraria al ataque. Los ataques por la espalda tampoco son un problema para las moscas porque poseen un campo de visión casi de 360 grados que les permite ver detrás de ellas.
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