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IGNACIO LILLO
Martes, 19 de agosto 2008, 14:22
Nadie lo diría, y menos en plenas fiestas de agosto, cuando Málaga parece olvidarse de casi todo, pero lo cierto es que el agua escasea. La semana de mayor consumo del año ha llegado, de la mano de los miles de visitantes que atestan las calles, los bares y los hoteles; pero también de las altas temperaturas y de un importante aumento de las necesidades hídricas para limpieza y baldeo de las calles (aunque buena parte de los recursos de este tipo proceden de pozos subterráneos sin conexión a la red general).
Así las cosas, es más que previsible que el consumo durante esta semana supere los cinco hectómetros cúbicos, un 20% por encima de la media estival (que es de cuatro). Málaga afronta este momento crítico con las reservas al 22,2% (136,5 hectómetros cúbicos brutos) y sin otro recurso disponible en buena parte del territorio más que el líquido embalsado durante un otoño y un invierno tan escaso en lluvias como los tres anteriores.
Se trata por tanto de la situación más grave desde que comenzó el actual ciclo seco. Cabe recordar que el año pasado por estas fechas la provincia contaba con un 6% más de agua, lo que suponía casi 40 hectómetros (el consumo de unas ocho semanas). Al menos, gracias al estricto control que Cuenca Mediterránea y Emasa han impuesto al uso de las presas, en favor de otras fuentes, como las aguas subterráneas y superficiales, a la desaladora de Marbella y a la propia concienciación ciudadana, aún quedan reservas para aguantar hasta el próximo otoño.
La situación es dispar, en función de la zona de la provincia que se analice. La Costa del Sol se encuentra en un estado óptimo, gracias a La Concepción y los fuertes aportes del Río Verde durante la pasada primavera. Dispone de 45,3 hectómetros cúbicos, casi al 81% de su capacidad. A ello, se une la desaladora, cuya actividad permite incluso dosificar el agua dulce procedente del pantano.
Hasta el invierno
Esta visión optimista contrasta con la que ofrece el otro extremo de la provincia. La Axarquía depende en buena parte de la presa de La Viñuela, que presenta un estado lamentable, con apenas 23 hectómetros cúbicos de agua, muy lejos de los 170 que admitiría en un año húmedo. La falta de alternativas hacen que esta comarca, junto con la capital y el Valle del Guadalhorce, sean las más afectadas por la escasez de precipitaciones.
El principal núcleo urbano de la provincia se nutre sustancialmente en esta época de los recursos del sistema Guadalhorce (Conde, Guadalhorce y Guadalteba), con aportes residuales de las pequeñas presas de laminación (contención de avenidas) de Casasola y El Limonero, que suman entre ambas 4,5 hectómetros.
Por tanto, Málaga y su entorno cuentan hasta el próximo otoño con unos 70 hectómetros cúbicos brutos, cifra que, al ritmo de consumo estival, equivale a unos seis meses sin recibir ni una gota. Ello si se mantiene la situación actual de restricción de los riegos agrícolas y de control del consumo que contempla el Decreto de Sequía.
El problema es que los dos proyectos que ayudarán a paliar la coyuntura se encuentran en fase inicial. El primero es la mejora del trasvase existente desde la presa marbellí de La Concepción hacia la capital y La Viñuela, que permitirá aprovechar al máximo los aportes de las crecidas del Río Verde. Según el calendario previsto, estará operativo el próximo verano. Para la segunda obra aún habrá que esperar, al menos, hasta finales de 2010, fecha prevista para la puesta en servicio de la segunda desaladora de la Costa del Sol, que se ubicará entre Mijas y Fuengirola.
Reciclaje terciario
Un tercero, de vital importancia, es el reciclaje terciario de las aguas residuales para riego y baldeo, que aunque no aportará líquido para el consumo humano, sí permitirá ahorrar recursos potables. En caso de que el próximo invierno vuelva a ser como los anteriores -lo que supondría la cronificación de la sequía- podría determinarse la realización de urgencia de, al menos, la nueva estación de bombeo desde Marbella.
Aunque no de manera generalizada, varias pedanías de una veintena de municipios de la Axarquía, el Guadalhorce y el entorno de la capital padecen cortes de suministro, ante el bajo estado de los pozos de los que se abastecen. Los mayores problemas se sitúan en Casabermeja, Colmenar y Almogía, en los que es incluso necesario el abastecimiento mediante camiones cuba. Mientras, en zonas de Pizarra, Álora y Cártama se producen interrupciones durante la noche.
Al menos, las políticas de reducción del consumo están dando sus frutos. Fuengirola ahorró más de 182.000 metros cúbicos en los primeros siete meses del año respecto al mismo período de 2007, según informó ayer la concejala de Infraestructuras, Ana Mula, gracias a la renovación de la red y a la instalación de sistemas de riego automatizados por goteo en zonas verdes.
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