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AGUSTÍN PELÁEZ
Martes, 29 de julio 2008, 06:24
«He vuelto a nacer. Hoy es mi cumpleaños ¯por ayer¯, pero es como si hubiera vuelto a nacer». El de ayer, era el primer vuelo de Francisco Vergara en una avioneta, lo que los amantes de volar denomina 'bautizo aéreo'. Su novia, conocedora de la afición por volar del joven no lo dudo y decidió hacerle el regalo que más ilusión sabía que le iba a causar: volar en avioneta. Pero no en una avioneta cualquier, sino en una con historia, una Bücker Jungmann, la misma que utilizara el Ejército del Aire español para adiestrar a sus pilotos en la década de los años cincuenta.
El recorrido debía ser un vuelo para no olvidar, para recordar toda la vida, ya que en este tipo de avionetas sus ocupantes, tanto el piloto como el acompañante, van con la cabeza al aire y la sensación de vuelo es absolutamente diferente a la de hacerlo en el interior de una cabina.
Al final Francisco Vergara recordará su primer vuelo toda la vida, pero por otra causa muy diferente. Apenas cinco minutos después de despegar del aeropuerto de El Trapiche, en Vélez-Málaga, sobre las 19.15 horas, la avioneta, pilotada por Oliver Frutos, perdía la hélice en pleno vuelo justo cuando sobrevolaba el pantano de La Viñuela.
«No te lo crees. Todo parece un sueño. Es como si no estuviera ocurriendo de verdad», relataba Francisco, aparentemente tranquilo ya a salvo y en tierra. Según Frutos, un piloto con más de mil horas de vuelo a sus espaldas, Francisco incluso le animaba diciéndole que estuviera tranquilo y que no iba a ocurrir nada.
Pericia
«Ha sido la pericia del piloto la que nos ha salvado», aseguraba Vergara. Oliver Frutos consiguió ir planeando con la aeronave hasta una vía de servicio sin asfaltar situada en las proximidades del hotel La Viñuela, donde logró aterrizar. «Barajé otras posibilidades, como la de dirigirnos a la orilla del pantano, incluso la de aterrizar en la carretera C-335 que va hacia el Boquete de Zafarraya, pero las descarté porque podían resultar peligrosas. Al final vimos el camino y hacia el nos dirigimos evitando chocar contra los cables de alta tensión», relataba Frutos. La avioneta conseguía aterrizar en el camino, aunque con la mala fortuna de que al ir chocando las alas de la derecha con varias retamas, la avioneta terminó saliéndose del carril cayendo por un terraplén de unos 10 metros. Tanto piloto como ocupante resultaban ilesos, por lo que no necesitaron atención médica.
Hasta el lugar del suceso se desplazaron Guardia Civil, los Bomberos del Consorcio Provincial y el 112, tras ser avisados por varios vecinos. La avioneta es propiedad del aeroclub de Granada y se encontraba desde hace un mes en el aeropuerto de Vélez ofertando «vuelos históricos». Se trata de un aparato con más 40 años de antigüedad que fue cedido al aeroclub granadino por el Ejército del Aire.
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