La policía detiene por robo tres veces en seis días a un hombre que acababa de salir de prisión

Salió de prisión tras un año entre rejas. Pero la libertad le duró bien poco. La policía lo ha detenido tres veces en seis días acusado de varios robos con intimidación en la capital. Su último arresto, la semana pasada, lo ha devuelto a la cárcel.

El 24 de mayo, F. J. J. C. (39 años) abandonó el centro penitenciario de Albolote (Granada), donde llevaba quince meses recluido por un presunto delito de robo con violencia. Cruzó el umbral de la prisión a las nueve de la mañana.

Según ha podido saber SUR, no habría tardado ni seis horas en cometer el primero de los robos que se le imputan. Ocultando parcialmente su rostro con unas gafas de sol, el detenido supuestamente asaltó a punta de cuchillo un quiosco del distrito Norte de la ciudad. La víctima denunció que el ladrón se apoderó de algo más de cien euros.

La primera detención se produjo cuatro días después, concretamente el 28 de mayo. La policía recibió el aviso de que se había producido un atraco en una farmacia de La Roca. Al parecer, el ladrón actuó cubriéndose la cara con un gorro y armado con un cuchillo, que escondió entre las páginas de un libro.

Según la víctima de este robo, el asaltante le exigió que le entregaran «billetes de cien». Al parecer, él mismo franqueó el mostrador y se apoderó de casi 800 euros y dos botes de trankimazin. Luego, se dio a la fuga.

Gorro tirado en la papelera

Los agentes, que estaban peinando la zona, encontraron a una testigo que les indicó que el ladrón había tirado el gorro en una papelera y se había metido en un supermercado. Allí, los policías localizaron a F. J. J. C., que acababa de hacer la compra y ya estaba en caja.

Al cachearlo, los funcionarios le intervinieron unos 500 euros que llevaba escondidos en la ropa interior y los dos botes de trankimazin, según fuentes consultadas.

Los investigadores relacionaron al detenido con el primer robo, ya que el quiosquero lo habría reconocido como el hombre que lo asaltó. Tras dos días en el calabozo, el 30 de mayo fue puesto a disposición de la autoridad judicial, que decretó su puesta en libertad con cargos.

Tampoco saboreó demasiado la segunda oportunidad que se le presentaba. Una patrulla de la Policía Nacional lo sorprendió el 2 de junio mientras supuestamente intentaba abrir la ventana de una guardería en el barrio de Miraflores de los Ángeles. Nuevamente, fue arrestado por un presunto robo con fuerza en grado de tentativa. Y el juez de guardia volvió a dejarlo en libertad.

Pero dicen que no hay dos sin tres. Apenas 48 horas después, los agentes lo arrestaron por tercera vez acusado de un robo con intimidación que se produjo a menos de 100 metros de la comisaría del distrito Norte de la Policía Nacional.

La víctima del asalto, una mujer de mediana edad, acudió muy nerviosa a las dependencias policiales para denunciar que un hombre acababa de ponerle un arma en el cuello. Ella pensó que se trataba de un cuchillo, aunque resultó ser una cuchara. El ladrón le arrebató poco más de cien euros y se dio a la fuga.

Los policías subieron a la mujer en un vehículo y dieron una batida por la zona. La víctima reconoció a un sospechoso, pero no iba vestido como el ladrón. Cuando lo interceptaron, los agentes descubrieron que se había cambiado de ropa. Portaba una bolsa con las prendas que supuestamente utilizó en el robo.

También hallaron una nueva pista. Llevaba una bolsa de supermercado con dos agujeros para los ojos, como un pasamontañas. Los agentes del Grupo de Investigación del distrito Norte, que llevan el caso, lo relacionaron con dos atracos que sucedieron esos días en el centro de Málaga. En ellos, el ladrón usó una bolsa de plástico para ocultarse.

Este vez sí regresó a la cárcel. El pasado viernes, el juez de guardia ordenó su ingreso en prisión provisional, ya que, en total, los investigadores le atribuyen cinco robos con intimidación y uno con fuerza, éste último en grado de tentativa. Con estas tres, según las fuentes, el hombre ya suma más de veinte detenciones. Casi todas por robo.