

Secciones
Servicios
Destacamos
SUR
Viernes, 23 de mayo 2008, 03:10
El diestro malagueño Salvador Vega causó ayer una grata impresión en la Maestranza sevillana, en la tradicional corrida organizada con motivo de la festividad del Corpus Christi. El fallo con la espada privó a Vega de cortar al menos una oreja, que se había ganado con una faena muy artística.
El festejo tuvo a un espectador de excepción: Su Majestad el Rey de España, don Juan Carlos de Borbón, que ocupó el palco real del coso maestrante, junto a su hija, la infanta doña Elena, vestida con la típica mantilla española, de color crudo. Ambos fueron testigos de la alternativa del sevillano Oliva Soto, que dejó un buen regusto a los aficionados que llenaron completamente los tendidos. El joven fue cogido sin consecuencias.
Rejoneador
Pero el auténtico triunfador de la tarde fue el lusitano afincado en Sevilla Diego Ventura, que encandiló al público y mantiene su idilio con esta plaza, donde ya tuvo un importante éxito en la reciente feria de abril, cuando abrió la Puerta del Príncipe. Diego Ventura, que abrió el cartel, hizo vibrar a los tendidos con una completísima faena premiada con las dos orejas.
El jiennense Curro Díaz no tuvo su tarde. En su primero tuvo que lidiar con un toro de Gerardo Ortega muy deslucido con el que no valió su esfuerzo. El astado embestía con la cara alta y no se entregaba en ningún momento. El público silenció su labor. Con el cuarto, un toro que se vino a menos, Curro Díaz no consiguió conectar con los tendidos, pero a lo que recibió algunas palmas por su perseverancia.
Lo mejor de la tarde lo hizo Salvador Vega al cuarto, un toro noble al que supo aprovechar para mostrarse asentado, templado y artista. El público sevillano apreció el buen toreo del diestro malagueño, que parece ya recuperado plenamente del bache que sufrió la temporada pasada. Lástima que no acertara con el acero.
Con el segundo de su lote y quinto de la corrida, de poco sirvió la insistencia de Vega, que se topó con un toro que fue de más a menos. No obstante, dejó clara su disposición de estar siempre ante la cara del animal.
Por su parte, Oliva Soto, que tomaba la alternativa, realizó al último una faena que tomó vuelo con tres ligadas series diestras y algunos naturales, pero que el toricantano estropeó con la espada. Había escuchado una ovación con su primero, tras una faena que tuvo un buen comienzo, con dos series por la mano derecha y que conectó con los tendidos, pero que se vino abajo cuando el toro se agotó.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.