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Viernes, 16 de mayo 2008, 11:11
MARINA Ginestà, fusil al hombro, mira a la cámara. Es el 21 de julio de 1936 en la azotea del hotel Colón de Barcelona. Setenta y dos años después, esa mirada adolescente y orgullosa, ajena al horror que se avecinaba, se reencontró con el objetivo de una cámara, en París, gracias a la investigación desarrollada por la Agencia Efe.
Marina Ginestà tenía tan sólo 17 años cuando el fotógrafo Juan Guzmán la inmortalizó en una de esas imágenes que, varias décadas después, se convertiría en un símbolo de la contienda y que forma parte del Archivo Histórico de la agencia de noticias.
Tres días después del alzamiento militar contra el Gobierno republicano, esta traductora y mecanógrafa afiliada a las juventudes comunistas posaba con la Ciudad Condal a sus espaldas en la terraza de un hotel, hoy sede de un banco, en donde sus camaradas se habían hecho fuertes.
Tiene 89 años
De Marina Ginestà nunca más se volvió a saber. Hasta que el empeño de un documentalista de Efe, Julio García Bilbao, permitió hallarla en París, tras meses de concienzuda investigación, desde donde ahora rememora aquel instante histórico con una lucidez extraordinaria a sus 89 años.
«Es una buena foto, refleja el sentimiento que teníamos en aquel momento. Había llegado el socialismo, los clientes del hotel se habían marchado. Había euforia. Nos aposentamos en el Colón, comíamos bien, como si la vida burguesa nos perteneciera y hubiéramos cambiado de categoría rápidamente», explicaba Marina Ginestà hace seis días, en una entrevista que concedió en su domicilio parisino.
En foros de Internet, en las páginas de las memorias del corresponsal soviético de 'Pravda', Mijaíl Koltsov, con quien la joven aparece en otra foto de Efe al lado de Durruti, o buceando en el Archivo de la Guerra Civil de Salamanca, García Bilbao descubrió que la Marina Jinesta, con J, que identificaba Guzmán en el pie de foto era en realidad Marina Ginestà, una exiliada que aparecía citada como traductora de textos de francés de un psicoanalista español que vivía en París.
Marina no la conocía
Marina Ginestà no supo de la foto hasta hace dos años, pese a que la icónica imagen llevaba tiempo circulando por todas partes. De hecho, sirvió de portada para el libro 'Trece rosas rojas', de Carlos Fonseca (Temas de Hoy), y fue divulgada por Efe, junto a otras decenas de fotografías, en el libro 'Imágenes inéditas de la Guerra Civil' (2002), con introducción de Stanley G. Payne.
Ahora, en este mayo francés, aquella joven eufórica volvió a posar. Esta vez lo hizo para Boris Zabiensky, con la histórica foto enmarcada por sus manos, los tejados de París al fondo y esa estampa de vieja gloria del cine que en 72 años no ha perdido un píxel de glamour ni una gota de orgullo.
«Dicen que en la foto del Colón tengo una mirada arrebatadora. Es posible, porque convivíamos con la mística de la revolución del proletariado y las imágenes de Hollywood, de Greta Garbo y Gary Cooper», asegura la protagonista.
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