Los feligreses acuden en masa a la celebración de la misa tridentina

Por devoción o por curiosidad, lo cierto es que los fieles llenaron en la tarde de ayer la parroquia de los Santos Mártires de la capital donde se celebró una misa con el ritual antiguo o misa tridentina. Fue el párroco, Federico Cortés, el encargado de oficiar la eucaristía por este rito, de nuevo permitdo por el Papa Benedicto XVI. Todo fue especial: así hubo partes de la liturgia en las que se utilizó el latín, el sacerdote estuvo de espaldas a los asistentes y se utilizaron objetos y ornamentos propios de la misa tridentina como la cruz del altar, el paño que cubre el cáliz o el manípulo, que es una pequeña estola que se coloca el sacerdote en el brazo. Todo ello con los cantos gregorianos de un coro de Benalmádena, que dieron un toque especial y de profundo sabor añejo a una celebración que se prolongó mucho más de lo habitual. Las cofradías radicadas en los Santos Mártires también estuvieron presentes.